Vehículo que avanza sin conductor al volante.
Este tipo de carros ya circulan en algunos sitios de China y en Pittsburg (EE. UU.).
En algunas ciudades de China (especialmente Pekín), así como en Pittsburg (EE. UU.) y Singapur, fabricantes y gobiernos han puesto en marcha las pruebas pilotos iniciales de este, digamos... futurista modelo de transporte. En el gigante país asiático, los ciudadanos esperan poder usar sus celulares, una vez desciendan del metro o del bus, para abordar uno de estos carros, que los llevarán a sus hogares, a distancias no mayores de un kilómetro desde la parada.
No tiene ni pedales, ni marchas, ni volante... El coche prototipo diseñado por Google parece pura ciencia ficción, sin embargo es completamente viable. El automóvil solo dispondría de un botón de encendido y una pantalla que mostrará la ruta que seguirá de principio a fin. Su velocidad máxima, según lo anunciado por la compañía, sería de unos 40 km/h y los sensores con los que está equipado determinarán tanto la posición del vehículo como la cercanía de otros autos y personas. Analizando todas estas señales el coche será capaz de moverse de manera segura y autónoma durante unos 160 kilómetros, la autonomía actual del Google Car.
¿Cómo nació la idea? No es la primera vez que Google se mueve en el mundo de la automoción. De hecho ya se habían realizado pruebas con otros vehículos de serie para recorrer ciertas distancias sin necesidad de conductor. Pero este proyecto es mucho más ambicioso, pues es la propia marca la que fabricará los vehículos. Como explicaba director del proyecto, Chris Urmson, "fue muy estimulante partir de una hoja en blanco y preguntarse: ¿Qué debería ser diferente para este tipo de vehículos?".
Gigantes como Google, Tesla, Uber, Mercedes Benz y BMW cuentan con estos prototipos, pero aún falta más regulación en los países, muchos de ellos temerosos de que se generen accidentes mortales. El gobierno chino, por ejemplo, impuso fuertes medidas a quienes quieren desarrollar estos aparatos y sacarlos al mercado.
En julio de este año, un Tesla Modelo S (semiautónomo) se estrelló en una autopista de Estados Unidos y esto ocasionó la muerte de su pasajero–conductor, hecho que prendió las alarmas y prevenciones contra este tipo de vehículos. Aunque la compañía aseguró que el carro no iba en modo autónomo y que el conductor debía estar con las manos sobre el volante, la inquietud quedó en el ambiente.

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